Evolución Del Turismo en Colombia

30.08.2012 19:22

 

Si bien Colombia no es un país eminentemente turístico, sí cuenta con algunas referencias muy destacables en el panorama de destinos turísticos del mundo. Cartagena de Indias es una de esas referencias y es el destino colombiano de mayor preferencia para el turismo interno, el más reconocido y posicionado a nivel internacional y el segundo receptor de turistas internacionales en el país. La ciudad constituye un destino estratégico para la dinámica industria de los cruceros, por ser uno de los puertos más modernos de América del Sur, rico en historia y atractivos turísticos que le permite a la industria de cruceros atraer cada vez más turistas a este puerto.      

La operación logística de cruceros en Cartagena es competitiva y esto se ve reflejado no sólo en el número de buques que está llegando sino también en los comentarios positivos de los pasajeros. El ente privado encargado de administrar y operar el puerto de Cartagena es la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena de Indias. De acuerdo con este organismo, el puerto proyecta el aumento de pasajeros embarcando y además, se pretende lograr que Cartagena sea tomada como puerto de embarque principal, por alguna de las líneas de crucero que actualmente utilizan este puerto para embarcar pasajeros.

Entre 1998 y 2001, la ciudad recibió en promedio 142 barcos de crucero por año. A partir de 2002, como consecuencia de las medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el puerto experimenta una dramática caída (en 2003 la cifra llegó a 32 barcos) de la cual sólo se recuperaría en 2007 cuando Cartagena es nuevamente incluida en los itinerarios de las principales líneas de cruceros. La estabilidad política y económica en Colombia, unida a los esfuerzos liderados por Proexport (entidad encargada de la promoción del turismo internacional) y la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena de Indias generaron la confianza necesaria en las navieras. Es así como en 2007 la ciudad comenzó a recuperar el tráfico crucerista.

En términos generales, el tipo de cruceros que se está desarrollando en Cartagena es aquel que tiene itinerarios que van de los 10 a 25 días, provenientes de los principales puertos estadounidenses y con una media de 1900 pasajeros a bordo. El perfil del crucerista que visita Cartagena es mayoritariamente norteamericano, con formación universitaria, casado, con un ingreso anual familiar de más de 75.000 dólares y de la tercera edad. En general, tienen experiencia crucerista previa y hacen el viaje en pareja, adquiriendo el producto crucero en una agencia de viajes. Para la ciudad, el turismo de cruceros ha significado un incremento de la actividad económica local y la posibilidad de que mejoren los ingresos de muchas personas relacionadas directa o indirectamente con la industria turística. Estos actores han reconocido los beneficios que tiene para la ciudad la presencia de cruceristas, razón por la cual, han respondido positivamente a los esfuerzos de las autoridades locales por fortalecer la formación del capital humano necesario para ofrecer un servicio de calidad a este segmento.

Entre los pobladores de Cartagena de Indias, los más afectados por el desarrollo del turismo de cruceros son los residentes del centro histórico debido a que se trata del área que recibe el mayor impacto de este tipo de turismo. Las preocupaciones de los habitantes de esta zona con respecto a los efectos del turismo son, principalmente, de tipo ambiental y cultural, como se verá más adelante en el análisis de resultados.

El centro histórico de Cartagena posee una incalculable riqueza patrimonial que incluye estructuras militares, como las murallas, baluartes y fuertes conformando el principal atractivo turístico de la ciudad. Es el sitio de visita obligada de los turistas de estancia y también de los pasajeros de cruceros. Hay que señalar que Cartagena, desde sus orígenes, ha tenido en el turismo un importante baluarte y que sus residentes siempre han tenido que convivir con las dinámicas propias de un destino turístico. De hecho, en un principio, los viajeros resolvieron el problema de su alojamiento utilizando los bohíos de los indígenas. A medida que la ciudad se iba estructurando y se levantaban las casas y edificios, los visitantes seguían empleando como alojamiento las casas de los cartageneros. Pero el turismo de cruceros difiere fundamentalmente del turismo tradicional o de estancia en que los pasajeros de cruceros se mueven en masa y se hacen notar a donde quiera que acudan. En el período de estudio llegaron a la ciudad un total de 28 cruceros, con un total de 42936 cruceristas y 18208 tripulantes. Aproximadamente un 85% de los pasajeros desembarcó y visitó la ciudad. En promedio, aproximadamente 1300 cruceristas descendieron por día, y en algunos casos hasta se observaron más de 3500 cruceristas y tripulantes visitando el Casco Viejo de la ciudad.

De acuerdo con algunas entrevistas abiertas a actores claves, en los días en que llegan dos a más barcos a la ciudad de Cartagena, la concentración de pasajeros es tal, que algunos residentes de otros barrios prefieren evitar ir al centro. Por otro lado, existen otros grupos de residentes de la ciudad que manifiestan tener dificultades de movilidad. Por mencionar algunos ejemplos se puede hacer referencia a los conductores que no forman parte de la única cooperativa con acceso al muelle de cruceros, que reclaman que se les permita entrar por lo menos para recoger pasajeros que vayan a otros puntos de la ciudad o de regreso al puerto. Problemas similares los experimentan también los taxistas que salen desde el puerto con pasajeros. Algunos manifiestan tener inconvenientes con los agentes de tráfico ante su intransigencia frente a situaciones especiales; es el caso de un taxista que asegura que no le permitieron ingresar al centro histórico con una pasajera que tenía dificultades para entrar caminando. Otros expresan inconformismo con la rigidez en los tiempos para aparcar. Esto lleva a que el conductor deba presionar al pasajero para que realice apresuradamente sus compras o visite algún sitio.

La presencia masiva de los cruceristas impulsa la llegada de personas que quieren beneficiarse de las rentas del turismo. De hecho, el principal factor de insatisfacción mencionado por los pasajeros en las últimas encuestas, sigue siendo el excesivo acoso por parte de los vendedores en las calles. Samudio habla de las incomodidades que sufren los residentes o transeúntes en el centro histórico de Cartagena de Indias haciendo referencia a la invasión de vendedores ambulantes que persiguen a los visitantes, al incremento de la mendicidad, a la proliferación de los niños de la calle, etc.

Para comprender las razones por las que residentes, visitantes, prestadores de servicios turísticos y turistas de estancia manifiestan malestar o inconformidad, es necesario conocer la estructuración general de este vulnerable espacio. De acuerdo con el más reciente diagnóstico del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Cartagena de Indias y su Área de Influencia PEMPel centro histórico está localizado en el extremo noroccidental de la ciudad, rodeado del mar Caribe, bahías y lagunas; tiene una extensión de 4,7 Km2, una población de más de 13.000 habitantes y otros 20 mil son población flotante. La zona tiene un 66% de uso residencial, 3,9% institucional, 24,7% económica-residencial y el 4,4% restante la ocupan áreas de consumo, compra-venta y prestación de diversos servicios. El 13% de las empresas registradas en la Cámara de Comercio de Cartagena se encuentran en el casco histórico. El centro aporta alrededor del 12% del valor agregado de la ciudad, y genera unos 26.000 puestos de trabajo, lo que representa el 8,4% del total de personas empleadas de la ciudad. Si a lo anterior se agrega que 99% de las vías son utilizadas para tráfico vehicular y que para ir a cualquier sitio de Cartagena es necesario transitar por el centro o sus alrededores, el panorama permite hacerse una idea de la fuerte presión urbanística que padece esta zona de la ciudad. Asimismo, hay que indicar que recientemente en el centro histórico ha ido en aumento el cambio de uso de los inmuebles. Por ejemplo, casas destinadas para la operación de actividades turísticas o pasando de residencias permanentes de cartageneros a segundas residencias, siendo este fenómeno propio de compradores extranjeros. Este hecho ha significado el aumento en lavalorización de la zona y constituye una de las inconformidades manifestadas por representantes de los residentes del lugar.